jueves, 28 de noviembre de 2019

País Vasco francés, las Landas y Burdeos en coche: ruta por Labort.

Vamos con el País Vasco francés, en el que estuvimos dos días. El País Vasco francéstiene tres provincias: Labort, que está en la costa, en el centro Baja Navarra y al Este, Zuberoa. Nosotros sólo pasamos por Labort y disfrutamos de algunas de sus ciudades y pueblos con más encanto.

El domingo nos levantamos en San Sebastián. La chiquinina se despertó a las ocho, lo que nos dejó sus diez horas de sueño. Not bad. Bajamos a desayunar, siete euros cada uno como el día anterior, recogimos el equipaje, cargamos el coche e hicimos check out, que sólo era dejar la llave porque pagamos al llegar. Fuimos hasta Fuenterrabía, que está bastante cerca, 12 kilómetros desde el hotel. Allí buscamos aparcamiento y después de dar un par de vueltas al pueblo encontramos una zona cerca del centro que no era de pago (calle Hiribidea). Me puse a la peque en la mochila y dimos un paseo por la calle Santiago, por el puerto viendo Hendaya enfrente, y por la zona vieja, la plaza de Guipúzcoa, la plaza de Armas, la puerta de Santa Maria y la muralla. Al final nos empezó a llover un poco.

Calle Santiago, Fuenterrabía 
Subiendo a la zona vieja 
Plaza de Guipúzcoa 
Plaza de Armas 
Parte vieja 
Volvimos al coche y fuimos para San Juan de Luz, que está a unos 20 kilómetros y tardamos como media hora en llegar. Saliendo de Fuenterrabía echamos gasolina y compramos unas patatas fritas, que fueron 40€. Merece la pena llenar el depósito antes de cruzar la frontera porque en Francia la gasolina es bastante más cara. Según el sitio la llegamos a ver a casi 40 céntimos más caro el litro. En la frontera nos cobraron el peaje de la autopista, que fueron 1,70€. Al llegar a Saint Jean de Luz (me hace mucha gracia la mezcla de idiomas en el nombre) buscamos aparcamiento, que estaba un poco petado de coches, y justo cuando aparcamos empezó a llover un montón. Qué buena suerte... Como Sofía estaba durmiendo, la dejamos con su siesta matutina y nos quedamos un rato en el coche. Ana escribiendo un poco de lo que habíamos hecho esos días y Dani aprovechó para echar la siesta también. Al rato seguía lloviendo a mares, pero son eran ya dos de la tarde, así que despertamos a la chiquinina y salimos a buscar un sitio para comer. Entramos en el segundo sitio que vimos yendo por la Rue León Gambetta. Se llamaba Chez Theo y era un bistró que no estaba mal. Dani comió un filete y yo chipirones a la plancha con ajo y perejil y de postre, pastel vasco, que es típico de la zona. La comida nos salió por 45€. Cuando terminamos de comer había dejado de llover, por suerte. Dimos un paseo por la rue Gambetta y por la playa hasta el casino. Volvimos al coche. La verdad es que nos fuimos un poco desencantados, el pueblo tiene que ser bonito pero cuando te está diluviando pierde algo de encanto.

Paraguas andante, aka chiquinina, por San Juan de Luz 
La calle Leon Gambetta 
La playa y las casitas típicas 
Nuestra siguiente parada era Ascain, a unos quince minutos, menos de diez kilómetros. Ya hacía mejor tiempo y el camino hasta allí fue muy bonito, el campo verde lleno de colinas floreadas. El centro de Ascain se encuentra en la Plaza Pierre Loti, donde está el frontón (Ascain es cuna de grandes pelotaris), el Hôtel de la Rhune y la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. El pueblo es muy pequeño, con las típicas casas vascas de colores, dimos un paseo, hicimos unas fotos, la chiquinina tomó su merienda y decidimos que no nos apetecía ver mucho más (teníamos planeado también ir a Espelette), porque estábamos un poco cansados, así que nos fuimos para el hotel de Bayona.

Ascain 
Ascain 
De Ascain al hotel de Bayona fueron como 30 kilómetros y tardamos poco más de media hora. Llegamos como a las seis. Hicimos check-in, pagamos la habitación y el desayuno, en total 144€ las dos noches. La habitación era triple, pero la cama individual era una litera. Nos daba cosa que la peque se pudiera caer, así que le pusimos el colchón en el suelo. El hotel, el Ibis Budget Bayonne, un tres estrellas un poco regulero, bastante peor que el de Rentería. La cama era dura como una piedra, las almohadas malas, y en la habitación había ruido de agua desaguando toda la noche, así que esas dos noches dormimos regular. Tiene WiFi y parking exterior gratis, que no hay que reservar. Descansamos un rato, mandamos fotos y guasaps, que todavía no había roaming gratis, y bajamos a cenar a las ocho. El restaurante del hotel se llama Courtepaille y es un grill de una cadena de restaurantes que está bastante bien para ir con niños porque tienen trona y menú infantil. Yo cené hamburguesa, Dani un solomillo de buey y Sofía salchicha con patatas, con las bebidas fueron unos 35€. Después nos fuimos a la cama y a las diez estamos todos durmiendo como benditos.

Habitación en Bayona 
El lunes cuando nos levantamos estaba lloviendo. Desayunamos en el hotel, desayuno buffet que no estaba mal, aunque tenía poca variedad y los croissants se acababan rápido. Cogimos el coche para ir a Biarritz, que está bastante cerca, son menos de 20 kilómetros y tardamos como veinte minutos. Aparcamos cerca del centro y, como era festivo (día del trabajo), no tuvimos que pagar. Fuimos hasta la playa, estaba lloviendo bastante y hacía mucho viento, así que para no calarnos nos tomamos un café en el Cafe de la Mer, en el Hotel de l'Ocean, muy bonito el sitio pero nos pegaron un palo bien dado. Fueron 9,60€ por un café y un té. Aprovechamos la wifi y para darle teta a Sofía y cambiarle el pañal, ya que iba incluido en el precio. Cuando dejó de llover salimos y vimos el puerto, la Roca de la Virgen y las calles principales, la rue du Port Vieux y la rue Mazagran.

Lluvia y viento en Biarritz 
El paseo entre la playa y el puerto 
Vistas del faro
El puerto y la iglesia de Santa Eugenia 
La roca de la Virgen y la pasarela Eiffel 
Comimos en un sitio que está bastante bien, en la avenida de Víctor Hugo, es una cadena de restaurantes que se llama Le Bistro Régent. Tienen plato del día y menú infantil. Sofía y yo comimos salmón a la plancha y Dani solomillo, con muchas patatas fritas y ensalada, más bebidas por 45€. Después de comer volvimos al coche y fuimos a visitar el centro de Bayona. Aparcamos cerca de la Puerta de España, y como seguía siendo festivo tampoco tuvimos que pagar. Sofía se había dormido en el coche y la pasamos al carro y siguió durmiendo. Necesitábamos un baño, así que nos sentamos el una terraza al lado del claustro de la catedral y tomamos un refresco y un vino tinto (que resultó ser un Rioja) por 6€. Creo que para tomar riojas mejor me voy a Logroño... La peque se despertó y se había hecho caca y rebosado por todas partes, así que volvimos al coche a cambiarle el pañal y la ropa, porque el baño del bar era minúsculo y no cabíamos (por mucho que lo hubiera usado Sarkozy). Volvimos otra vez al claustro de la catedral, que es gratuito y muy bonito. Dimos un paseo por las calles del centro, el ambiente es un poco decadente, pero con mucho encanto. Cruzando el Nive se nota más este ambiente que pasa a ser un poco viejuno y destartalado. Volvimos por la confluencia de los ríos y dando un paseo hasta el coche. Volvimos al hotel, cenamos un picoteo en la habitación y nos acostamos temprano.

La rue d'Espagne
Baños con pedigrí 
El claustro de la catedral 
La catedral 
La ribera del Nive 
Otras entradas del viaje en coche al País Vasco francés, las Landas y Burdeos:
Preparación y ruta
San Sebastián
Ruta por Labort
Las Landas
Burdeos
Saint-Emilion

No hay comentarios:

Publicar un comentario