viernes, 10 de enero de 2020

País Vasco francés, las Landas y Burdeos en coche: de Bayona a Burdeos.

Hoy os traemos nuestro día por las Landas, un sitio muy bonito con unas playas impresionantes que tuvimos la mala suerte de ver bajo la lluvia.

El martes también amaneció lloviendo. La previsión era que hacia el norte fuera mejorando el tiempo a lo largo del día. Bajamos a desayunar, preparamos las maletas, recogimos todo y cargamos el coche después de hacer check-out, que sólo era dejar la llave porque habíamos pagado al llegar. Fuimos con el coche hacia Capbreton que está a veinte kilómetros de Bayona, pero cuando llegamos estaba lloviendo bastante y hacía mucho aire. No pudimos bajar a la playa y el pueblo estaba todo cerrado y vacío. Se notaba que es un pueblo de playa y el mal tiempo no acompañaba, era como estar en Torrevieja en Febrero.
"Le soleil de les Landes" en Capbreton 
Como la chiquinina se había quedado dormida (no perdona su siesta mañanera), decidimos subir hasta Mimizan, a ver si por allí hacía mejor tiempo. Fuimos por la carretera de Las Landas, que va toda entre pinares y a los lados salen senderos para hacer rutas en bici, senderismo o que van a la playa. Las Landas es una zona fundamentalmente de veraneo y para surferos, y está pensada para ello. Básicamente es una franja de costa en la que te encuentras, de tierra adentro hacia el mar: pinar-carretera-pinar-duna-playa-mar. Las playas son de arena fina y blanca, anchas y larguísimas. Puedes ir a zonas en las que no haya nadie más y está poco urbanizado. Un gustazo, vamos, pero si hace buen tiempo. De vez en cuando veíamos un cartel que hablaba de "le Soleil de les Landes" y nos entraba la risa floja porque estaba diluviando. Paramos en Mimizan pero seguía lloviendo. En un Burger tomamos un café y una Coca-Cola y dejamos que la chiquinina juegue un rato. Como no paraba de llover, seguimos hacia el norte en busca del sol.

La carretera de Las Landas entre pinares. 
Llegando a Biscarrose dejó de llover. Fuimos a la zona de playa. Eran las dos, así que entramos en un sitio a comer (y menos mal que no nos lo pensamos mucho porque cinco minutos después entró una pareja y les dijeron que solo daban comidas hasta las dos). Se llama Le Bleu Banane y está al lado de la oficina de turismo. Dani pidió un solomillo, yo pasta con vieiras (gambas no les quedaban) y la peque una brocheta de pechuga de pato, que no le gustó mucho, así que me la comí casi yo y compartimos mi pasta. Y una copa de vino blanco. Y un helado para Sofía de postre. Todo por 54€. El sitio me gustó bastante, la comida estaba muy buena. Después de comer fuimos a la playa porque (al fin) había salido el sol. Era un playón impresionante de arena blanca y fina. Sofía jugó un rato y descansamos tirados en la arena, mirando el mar. Dani se estaba empezando a poner malo y estaba muy cansado, así que volvimos al coche y pensamos qué hacer.

La calle de la playa en Biscarrose 
Playón para un lado
Playón para el otro lado
Al final decidimos para ir hasta la duna de Pilat. Aparcamos en el parking que es de pago (media hora gratis). Subimos a la duna, Dani con Sofía en la mochila. Cuando llegamos arriba Ana se fue un poco más allá para hacer unas fotos y la peque y su papi se quedaron jugando con la arena cerca de la escalera. Cuando volvió la fotógrafa se puso la mochila para bajar a la chiquinina. Volvimos a coche, pagamos el parking y pusimos rumbo a Burdeos, al hotel porque Dani estaba hecho polvo. Además nos habían dicho que Arcachon no tenía mucho, y no nos gustan las ostras, así que no nos dio mucha pena.
Las escaleras de la duna de Pilat. 
Vistas subiendo la duna
Vistas desde arriba. 
Pillamos un poco de atasco para entrar en Burdeos y tardamos un rato largo en llegar. El hotel que habíamos reservado se llama Le Chantry, es un dos estrellas que está bastante céntrico. Las habitaciones están reformadas aunque en las zonas comunes se nota que está un poco anticuado. Encontramos bastante bien el hotel, Dani se acercó a la recepción para que pudiéramos meter el coche en el parking del hotel, que es gratuito. Sacamos las maletas y fuimos a hacer check-in. Nos ofrecieron el desayuno, que era bastante caro (9,5€ cada uno al día) pero por no ponernos a buscar un sitio por las mañanas con la peque en ayunas dijimos que sí. Así que el hotel al final fueron 80€ más de lo que reservamos. En total con el desayuno y el impuesto turístico 411€. Fuimos a la habitación, que estaba bastante bien, grande, con una cama de 1,50 y una de 90, que pegamos para que la chiquinina no se nos cayera en plena noche de la cama. Nos dimos una ducha, cenamos algo de picoteo de lo que llevábamos en la nevera y a las nueve estábamos todos metidos en la cama, que era muy cómoda, por cierto.

Otras entradas del viaje en coche al País Vasco francés, las Landas y Burdeos:
Preparación y ruta
San Sebastián
Ruta por Labort
Las Landas
Burdeos
Saint-Emilion

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